Ya hemos visto en varios artículos diferentes formas de comunicar además de las tradicionales, hablando, con gestos con actitudes, con nuestra imágen, con un accesorio etc. Hoy vamos a comentar una forma de comunicar que muchas veces no tenemos en cuenta o no somos muy concientes de lo que podemos trasmitir. Estoy hablando de la comida, una inagotable fuente de comunicación que ponemos en práctica a diario y no lo sabemos. Entrar en la cocina para la persona que disfruta cocinando es estar en un lugar cómodo, práctico y lleno de elementos que nos permiten crear y dejarnos llevar por nuestra imaginación. Desde un plato, un cubierto, hasta los ingredientes que conservamos en la cocina, participan de esa tarea. Desde la elaboración, la presentación, la forma en la que llevamos nuestro plato a la mesa y la actitud con la que lo presentamos, estamos dando señales, expresando algo, mostrando nuestro estado de ánimo, el gusto o el disgusto. Tenemos que saber que eso se percibe, que nuestra familia o amigos, invitados etc. para los que realizamos una preparación, nos conocerán un poco más a través de lo que cocinamos para ellos. Porque lejos está la cocina de ser un lugar donde se toma un libro, se sigue una receta, se sirve y se come. Además de todos los ingredientes que la receta necesite, de todos los lindos elementos que usemos para elaborarla, hay otros ingredientes que se ven tanto o más que la salsa o la cobertura perfecta conque se adorne el plato, esos ingredientes son la dedicación, el gusto por hacerlo, y el cariño que ponemos en el momento de preparalo. Sin estos aditivos no importa la perfección con que hayamos seguido los pasos indicados de una preparación, ésta nunca se destacará, pasará a ser un plato más de un día común, sin brillo.
Gladys Suárez
gladysmiriansuarez@gmail.com
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